El interior desnudo



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Zygmunt Bauman es uno de los sociólogos y filósofos contemporáneos que más disfruto al leer, especialmente sus aportes a la noción sociológica de identidad, tema por el que tengo preferencia. En días pasados, revisando el pequeño volumen Múltiples culturas, una sola humanidad, publicado a partir de una conferencia ofrecida por el autor en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (España), encontré uno más de los ejemplos con que ilustra la situación de las personas que asumen sus relaciones afectivas de un modo contrario a lo que parece la tendencia general de nuestras sociedades, y que expone magistralmente en su libro Amor Líquido. Tomando como referente su matrimonio de casi 60 años con la escritora, también polaca, Janina Lewison, fallecida en el año 2009, Bauman da cuenta de la fluidez y laxitud que caracteriza ahora nuestros afectos.

El concepto de Amor líquido básicamente refiere un signo inequívoco de la fragilidad de las relaciones humanas, marcadas por la falta de compromiso, pues éste pasa a ser visto como una trampa que nos ata irremediablemente a otra persona y reduce con ello nuestras posibilidades de establecer relaciones más ricas, estimulantes y satisfactorias. La fragilidad de nuestros lazos se hace evidente en la virtualidad, cambiamos el término relación por conexión, que dura mientras permanecemos en red; los sentimientos de inseguridad; la cantidad de contactos que sostenemos y la calidad de los mismos; el miedo a relacionarnos y el recurso constante a consejos y manuales, ofrecidos por expertos y novatos, sobre cómo sostener o hacer viable nuestra vida de pareja. Sin embargo, en palabras de Bauman, aunque parezca que buscamos una solución a esta problemática, nos debatimos constantemente entre el impulso de estrechar lazos y, a la vez, conservar cierta distancia para mantenerlos flojos, fáciles de desanudar cuando se requiera. Nos hemos convertido en seres descartables, sumidos en la lógica de probar, usar, desechar a las personas lo mismo que a las cosas. 

En esta entrada me permito dar continuidad a mi proyecto de crear textos basados en imágenes, fragmentos o frases de obras literarias y sociológicas que he tenido el placer de leerEl primer trabajo de esta naturaleza fue Estrategia para matar un sueño, escrita a partir de una imagen de La balada del Café triste, de Carson McCullers.


LA HISTORIA


Adriana buscó entre las hojas arrugadas del periódico de ayer las predicciones astrológicas que anunciaban un acontecimiento importante e inesperado. Repasó lo escrito para los nacidos bajo el signo de Cáncer, del 23 de junio al 23 de julio:  determine con conciencia sus prioridades, así no perderá tiempo. En el amor, conocerá a alguien. El pronóstico de hoy, en cambio, le trae malas noticias, dos frases contrarias a su expectativa: no se comprometa si no está segura de poder hacerlo. Evitará problemas y sufrimientos futuros. Empieza a cansarse de postergar decisiones al vaivén de tres o cuatro enunciados escritos caprichosamente por un desconocido, quien decide por ella si viste gris o rosa, si lleva vestido o usa un conjunto de blusa sisa que resalte sus atributos; si se pelea con Ana por traicionar su confianza o espera paciente nuevos indicios de su deslealtad más que aparente; también depende del astrónomo que decida deambular por el parque buscando al hombre de sus sueños, o encerrarse en el apartamento a esperar que llame a su puerta para contarle lo sosa que ha sido la vida sin ella. 

Hoy no quiere escribir su día guiada por 80 caracteres tipográficos, que una mañana anuncian horas soleadas en su horizonte y a la siguiente predicen ruina, catástrofe. En las primeras horas del alba, antes de extender el periódico sobre la mesa del desayuno, le gana la lucidez, nota el juego tonto y el desacierto de los pronósticos. Comprende que el trazado de una vida, desde el nacimiento hasta la muerte, no está prefigurado en el movimiento de las constelaciones y las órbitas planetarias, ni en el libro sagrado que guarda todas las respuestas. Nacer igual que morir es aleatorio, ocurre cualquier día bajo las circunstancias más inesperadas y absurdas. Nada es inequívoco.  Sin embargo, no se detiene a considerar la veracidad de estas suposiciones que deshilvanarían 20 años de tejer atrapa sueños con hilos invisibles. Por el contrario, justifica la situación, un vaticinio negativo puede obedecer a un error no intencionado de quien lo escribe, una mala lectura de los signos o un fallo en la transcripción de los textos. Es tan fácil mudar una palabra por otra. No hay pérdidas. Siente que hoy es un buen día para regirse por la pasión y la voluntad de Aries.


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Sale de casa vestida de rojo. Adorna su cuello una amatista colgada de una cadena pequeña obsequio de su madre. Disfraza su espíritu de valentía y decisión de lucha, y se ha guardado en la cartera los rasgos del temperamento de Acuario, un comodín en caso que falle su identidad presente. Recorre las calles sintiéndose fuerte, libre, a la cabeza de una cruzada que reivindica lo absurdo. Llega a su destino con la frente casi limpia de dudas. Antes de entrar amarra los restos de incertidumbre a un árbol cercano, por si deciden andar sin ella. Ana la espera detrás del mostrador de la librería con velada impaciencia, oculta por unos anteojos gruesos que igual le sirven de máscara. Adriana, de paso hacia el guardarropa, le deja un saludo rápido mascullado entre dientes, que traduce:
  • Arpía, si pudiera te sacaría los ojos
Al volver rectifica con una correcta dicción.
  • Hola, Ana, linda ¡Qué día más primoroso nos ha tocado!
Ana que se toma el primer saludo como el trago amargo del café pasilla, apenas colado y sin azúcar, decide mejorar la bebida con instacrem.
  • Me encanta la luminosidad de los días de enero, aunque se vuelva inclemente al entrar la tarde. Fernando y yo hemos planeado ir al cine ¿Te apuntas?
Adriana, poco acostumbrada a sostener una conversación con su interlocutora más allá del saludo, tres o cuatro frases sueltas y las idas y venidas rigurosas de una relación laboral, entiende que el “¿te apuntas?” Es una formalidad expresada porque se intuye la respuesta. Pero, hoy no hay pérdidas. Cambia su tradicional y escueto “no” por un:
  • Gracias ¡me encantaría acompañarlos!
Ana se acomoda el antifaz y le devuelve una sonrisa sin dientes. Adriana se toma a sí misma por sorpresa, duda. Siente que Ares abandona el campo y deja el fuerte desprotegido. Reagrupa sus fuerzas en torno al corazón abatido por la pesadez de la vigilia. Se desdobla de un modo poco evidente para Ana y traslada al herido con prontitud al mundo intemporal de los sueños. Desde ahí observa la vida sin apenas sentirle arrastrar su pesado arnés por las arrugas.

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Pasan el resto de la mañana evadiéndose. Ana se esconde en las trincheras de su oficio de vendedora, al resguardo de las bombas de odio que lanza Adriana apostada sobre lo alto de sus sueños agonizantes. Cerca de las tres de la tarde el ambiente se enrarece aún más. Ana va al lavado y se arregla con esmero. Adriana siente hacerse agua entre las piernas, en las axilas, en el abdomen, en el cuello, detrás de las rodillas y los codos. Exuda un hedor atosigante a hembra herida.

El temido momento llega con el hastío de las tres en punto. Con exactitud Fernando cruza la puerta de la librería. Lo recibe una Adriana extraviada entre los restos de un pasado común. Por temor a causarle daño él interpreta a diario la misma rutina: le regala una sonrisa amplia y generosa, y se detiene a observar las novedades en el exhibidor. Ana entra en escena con rapidez, escondiendo su olor a miedo con un perfume barato. Para romper el hechizo conjura un saludo quedo en los labios de su amante. Aclara la voz y se dirige a Adriana, usando el tono desafectado de ofrecer excusas
  • Vuelvo en una hora. Entonces planearemos la ida al cine
Adriana contesta desde tres metros bajo tierra, sorprendida por el arrojo de Ana:
  • No hay pérdidas. Hablamos cuando regreses.
Imposible construir un puente tan largo y en tan corto tiempo sin arriesgar la estructura. A fin de fortalecer el armazón, Adriana recurre a sus buenos recuerdos, anhela que la escolten segura por encima de los monstruos del presente. Se visualiza en el ayer. Recuerda el primer encuentro con Fernando. Una tarde de marzo, un hombre alto y encorvado entra a la librería a refugiarse de la lluvia.  Ella le ofrece ayuda para secarse, preocupada más por los libros que por el bienestar del extraño. No oculta su disgusto cuando le dice, señalando el lavado:
  • Menudo sitio eligió para escampar
Fernando la observa avergonzado y le regala una sonrisa por disculpa. Adriana guarda silencio y desvía la mirada. Se entretiene en minucias mientras lo ve recorrer los estantes leyendo títulos, apreciando el empastado, percibiendo el olor a nuevo. Le escucha dirigir unas palabras al viento que terminan acariciando su oído:
  • Me gustan los libros nuevos. Siento que al retirarles la envoltura los someto a la primera exposición a mis ojos lascivos. Algo de magia se pierde en ello. Quedan desnudos, vulnerables, a merced de quien les compra. Los llevo a casa como si cargara la fórmula para acumular un tesoro, letra a letra, palabra a palabra. Les rindo culto días, meses y acaso años mientras se acostumbran a mí. ¿Puede recomendarme algún título?
Adriana no evitó sonreír ante la desfachatez del extraño. Había perdido la capacidad de asombrarse con los libros. Los consideraba un conjunto de hojas impresas, organizadas con más o menos aciertos. En sus líneas rara vez encontraba respuestas a las preguntas formuladas previamente.

Sin dejar de sonreír contestó la interrogación con otra:

¿Tiene algún género, autor o título en mente?

No busco nada especial; pero antes que cualquier recomendación me interesa saber si usted lee 
- ¡Perdón! Creo no haberle entendido bien. 
Quiero saber si ha leído los libros que me va a sugerir. 
- Usted entenderá, no estoy obligada a conocer todos los libros que distribuimos.
- Eso es  claro. No espero asuma la actitud de la vendedora complaciente encargada de maquillar un producto deslucido. Tampoco quiero escucharle recitar la reseña impresa en la contraportada, esa puedo leerla en casa. Invíteme a leer un título que le guste.
- Entonces, permítame recomendarle Nueve novelas breves del escritor chileno José Donoso. Es una recopilación de escritos publicados inicialmente en tres volúmenes independientes; en ellos encuentra vertidos los interrogantes y los temas que inquietaron al autor desde sus primeras obras. Me gusta este libro por lo que devela de la naturaleza humana, de sus inclinaciones, despropósitos, miedos recurrentes, imposturas, artificios y búsquedas. Sus temáticas atraviesan ...
- Me basta con eso. Disculpe si la hice sentir que daba una lección para el maestro antipático. ¿Le gustaría conocer mi otra cara acompañándome a tomar un café?
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    Adriana cayó de golpe en mitad de la sala. Abrió la boca para liberar la tensión y sus labios formaron una sonrisa.
    ¿Cuántas caras pueden dibujarse en la cabeza de un hombre?
    Durante los meses que caminaron juntos Adriana creyó conocer todos los semblantes que hacen a Fernando. Se acostumbró a sus frases manidas, sus gestos abrazadores, esa sensación de totalidad que se experimenta al volcarse en otro y aquellas palabras tiernas, sopladas suavemente a su oído, que eran la clave para iluminar su cuerpo y distinguirlo entre una multitud de oscuridades.  Él le enseñó a reconciliarse con el miedo, y a remontar las alturas de su relieve convertida en mil suspiros alados.  Ella le enseñó a desaprender el tortuoso camino que conduce a la nostalgia.  Juntos descubrieron que para hacer magia bastan tres buenas razones, dos intenciones y un corazón dispuesto. Pese a las experiencias compartidas, periódicamente Adriana sometía la relación a un examen riguroso para conocer respuestas que sólo podía darle el tiempo.
    La mañana que fue interpelada por un Fernando ansioso y enamorado, dispuesto a dar el siguiente paso, Adriana leyó en el horóscopo una predicción devastadora que actualizó sus dudas: el amor no puede ser una moneda al aire.  Deténgase a pensar si de verdad vale la pena una relación más profunda. Ningún signo podía ser más aciago.  Ella que había esperado paciente encontrarse con este hombre parco, poco dado a las muestras de afecto en público, interpretó en el pronóstico un llamado a la cordura. Fernando podía ser el mejor de sus amores visibles; pero oculto entre los planes del Universo le esperaba un ser maravilloso con el cual compaginar perfectamente y en armonía. Decidió continuar la búsqueda. Los vaticinios del horóscopo sostienen su esperanza: Elimine de su mente los pensamientos negativos. No caiga en el pesimismo. Se hacen realidad sus sueños.

    Una hora después de internarse en el pasado el puente se agrietó por la sección menos prevista. Las incertidumbres, amarradas en el árbol de enfrente, se echaron a andar buscando un lugar propicio para afincarse. Descubren sin demora el corazón abatido de Adriana, expulsado del país de los sueños. Por todo gesto, ella extrae de su cartera los rasgos del temperamento de Acuario y se dispone a enfrentar a Ana.   
¡Libertad ... para pensar!

Comentarios

  1. Hola, María Eugenia
    Me ha encantado tu escrito, tus planteamientos son muy claros e inteligentes, además me ha atrapado de manera que he querido llegar al final.
    Ciertamente estamos en una época de amores instantáneos, algo así como la comida rápida. Los desencuentros y la falta de compromiso ha marcado este tiempo que espero que poco a poco encuentre el norte :)
    Acerca de las supuestas predicciones de los astros, respeto mucho los gustos o creencias ajenas, pero sería bueno que cada quien aprenda a determinar su vida por razonamiento y no por las palabras de los charlatanes.
    Feliz fin de semana
    Rudelcy González

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    1. Hola, Tú, gracias por tu amplio y detallado comentario. Comparto tu opinión sobre las influencias externas que influyen en nuestras decisiones y pueden alterar el adecuado curso de nuestra vida. Saludos

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  2. Querida niña mía:
    Atrapada desde principio a fin , meditando en esas decisiones que nos hacen dar pasos hacia atrás o giros que no sabemos a donde conducen, pero que conjuran arrepentimientos y nostalgias. Muy triste la historia y muy cierta tu visión de ella y además con esa suave pluma tuya que embellece la tristeza. me encantó. besos chiquita

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    1. Gracias, querida. Aunque la historia sea triste, esos giros y pasos atrás que refieres hacen nuestros días más interesantes.

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  3. si hay una parte del mundo que nos ata al caos pero hay otra muy bella totalmente opuesta que se encuentra en el interior de uno, donde reina la quietud interior ..

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  4. Conocer a Dios --Deepak Chopra

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    1. Hola, querida. Gracias por dejarme tu huella. Me alegra conocer tus nuevos descubrimientos y especialmente que los compartas. Abracitos.

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  5. Ufff, qué bueno, y qué hermoso..!! una maravilla leerte amiga, me encantó este texto, lo comparto en facebook y aquí, gracias por el rato

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    1. Gracias a ti, Alfmega. Me gusta que te hayas divertido con el texto.

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  6. Excelente historia, a mi me apasiona esa fragilidad de las relaciones humanas...

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    1. La fragilidad de nuestras relaciones exige que las tratemos con cuidado, esmero y paciencia, cosas que olvidamos por los afanes y angustias cotidianas

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  7. Buena historia, queda compartida
    Un abrazo Maria!!

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    1. Un abrazo también para ti, Antonio. Gracias por la constancia

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  8. Excelente, inteligente y minucioso examen de lo que a veces ganamos y perdemos en las relaciones. Con nuestras limitaciones, miedos y demás condicionamientos, impuestos por nuestra búsqueda de la perfección. A su vez, un relato que te deja con ganas de mas. Mas que interesante lectura María. Felicidades! Besos !!

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    1. Las relaciones son una apuesta más en las que unas veces ganamos y otras perdemos. Este personaje eligió perder de algún modo, lo que pudo ser una ganancia si su objetivo se hubiese cumplido a corto plazo; pero al parecer la vida tenía otras disposiciones. Abrazos, Soledad

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  9. Clyo Gulliverianoviembre 21, 2013

    Magnífico.

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  10. Ainhoa Núñez Reyesnoviembre 21, 2013

    Lo haces tan sumamente bello que acabo noqueada. Eres prodigiosa.

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    1. Gracias, Ainhoa. Tus palabras son un aliciente para continuar estos ejercicios de escritura

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  11. Interesante historia como la vida misma. Cuántas veces en la toma de decisiones importantes se tienen en cuenta elementos ajenos. Una pena. Podía haber sido una bonita historia.

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    1. Y como la vida, esta historia puede ser leída e interpretada desde otros muchos aspectos que no fueron expuestos acá. Gracias por pasarte, Pilar

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  12. Guillermo Ortega Sáncheznoviembre 27, 2013

    Que bien, que suerte, hoy he podido parar a leer y que alegría haber parado aquí. GENIAL un besazo

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    1. Hola, Guillermo. Me alegra saber que te gustó mi entrada. Siempre es un placer tenerte por acá

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  13. Enhorabuena!! pienso que tienes un magnifico blog con unas letras muy bien escritas.

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  14. He leído y disfrutado tu Enjambre. Gracias por pasar a saludar

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Gracias por comentar, tus palabras me permitirán vislumbrar otras opciones de interpretación y comprensión de este universo.

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